lunes, 25 de septiembre de 2017

Vuelta al cole... ¡de otra manera!



Ya llevamos unos días de colegio. ¿Cómo te planteas este curso? ¿Igual que los anteriores, corriendo de un lado para otro, haciendo manualidades a altas horas de la madrugada, estudiando de nuevo los ríos de España, aprendiendo otra vez los lexemas y los morfemas o volviéndote a desesperar porque aún no sabes cuando se van a encontrar los dos trenes que salían de distintas ciudades a distintas velocidades...? ¿Seguirás sin descanso posible del grupo de mamis y papis?

Creo que es un buen momento para pararse a reflexionar, a seguir mejorando en nuestra larga carrera de aprender a ser padres. Podemos empezar por identificar: 

¿Qué valor tiene para mí la educación y la cultura? En mi lista de valores, ¿qué lugar ocupan?

Piensa en ello y se sincero contigo mismo: la actitud que tengas hacia la educación, el colegio y los profesores se va a contagiar a tus hijos y condicionará en gran medida el rendimiento escolar que ellos tengan. Los profesores son vuestros aliados, no los enemigos y la mayoría de ellos, saben perfectamente lo que tienen que hacer. Son profesionales de la educación. Es fundamental mantener contacto con el tutor y, de esta manera, podéis conocer la "otra cara" de vuestros hijos (el colegio es el primer lugar en el que tiene que enfrentarse solo al mundo), cómo se relacionan con los otros niños, cuáles son sus habilidades, cuáles sus dificultades, cómo es su comportamiento, en qué necesitan que se les apoye...

Y ahora te propongo un reto más difícil: ¿Cómo me gustaría que fuera mi hijo cuando tenga 30 años? ¿Una persona autónoma, capaz de vivir por sí misma en la sociedad que le toque o una persona dependiente que necesita de sus padres para hacerse la comida, limpiar su casa, ir al banco, firmar su contrato de trabajo o que le organicen su agenda?

La respuesta a esta pregunta es la clave para tu proyecto educativo en el que estás sumergido.
Si quieres una persona autónoma, tendrás que enseñarle a ser autónomo, a valerse por sí mismo, allá donde vaya y después de casa, el colegio, es el lugar donde el niño va a aprender a serlo.

Algunas ideas que pueden ayudar:
  • Debe tener un lugar fijo (no vale la mesa de la cocina o del salón), tranquilo y ordenado para estudiar, siempre el mismo y sin elementos distractores como la televisión, el ordenador o el móvil.
  • Enséñale a organizar su tiempo de estudio, su material y su mochila: no lo hagas tú.
  • Revisa cómo hace los deberes: la caligrafía, ortografía, la limpieza, el orden... pero no los hagas tú.
  • Enséñale a estudiar, pero no estudies por él: quién va al colegio y tiene que aprender es tu hijo, tú ya pasaste esa etapa.
  • Los deberes no deben llevarse "perfectos" al cole: enséñale a preguntar al profesor, a qué vea que ha entendido y que no. Recuerda: ya tiene profesores, tú SOLO eres su padre o madre.
  • Enséñale a buscar lo que necesita: no se lo des hecho.
  • La responsabilidad de la agenda es de tu hijo: no llames a otros padres para saber qué tiene que hacer. Debe asumir las consecuencias de no estar atento.
  • Piensa en cómo utilizas el grupo de whastapp de mamis y papis: debe ser un lugar útil, de apoyo, nunca para cotillear, ni criticar, ni dejar de lado... ERES UN MODELO para tus hijos.
  • ¡Cuidado con las actividades extraescolares! Los niños necesitan tiempo para jugar y aburrirse, momentos para estar tranquilos antes de dormir. Piensa en el ritmo que llevan: ¿cómo te sientes tú al final del día?



sábado, 9 de septiembre de 2017

Carta a los roba-cuernos de rinoceronte

Imagen tomada de aquí

-¿Qué llevas en el cuerno, Rinoceronte?-preguntó la Gaselita-.¡Déjame ver!
-¡Nooooo! No llevo nada… ¡Nada! ¡Quita!
-Sí, te has puesto algo. ¿Para qué?
-¡Anda! ¡Si es mi calcetín!-dijo la Jirafita. – Y yo… ¡buscándolo!- de un tirón se lo quitó y salió corriendo para que no se enfadara el Rinoceronte, que, aterrado se escondió debajo de la cama.
-¿Por qué llevas un calcetín de la Jirafita en el cuerno? – volvió a preguntarle la Gaselita.-¿Qué te pasa, que estás tan raro?
-Es que… es que… ¡No quiero que se me vea el cuerno!- dijo entre lágrimas-. No quiero que los chinos del barrio me lo quiten! - ¡Achissss! ¡Encima hay pelusas!...
- Pero… ¿Por qué crees que los chinos te van a quitar el cuerno? – insistió la Gaselita toda intrigada y preocupada por su amigo, que pocas veces lloraba.
-Mejor salir y contar qué pasar- le pidió el Camello que se había acercado para ver qué pasaba.
- Rino… Rino…- le llamó la Gaselita, intentando consolarle-. Es mejor que salgas y así podremos  ayudarte…
Poco a poco fue saliendo de debajo de la cama, muy despacio y sin parar de llorar.
-Venga, amigo. Tu contar. ¿Por qué creer que quitar cuerno?
-¡Lo he leído en internet! En poco tiempo ya no van a quedar Rinocerontes! ¡Los matan para quitarles el cuerno!
-¿Eso es verdad?
-Síiiiii,- dijo llorando desconsolado- ¡Lo pone internet!
-Pero todo lo que pone internet sabes que no siempre es verdad… - le recordó la Gaselita
-¡Qué sí! ¡Qué es una invistigación de unos señores muy serios e importantes!!!!
-Pero…
-¡Mira aquí! Verás de lo que hablo- y entre sollozos, el Rinoceronte le fue enseñando las noticias que había visto sobre la desaparición de los rinocerontes.
-¿Ves como es verdad? ¡Y encima ayer vi en el parque un chino resfriado! Y el señor Google dice que lo usan como medicina para los resfriados… ¡Ay, qué chusto!!!!!
- Pero, Rinoceronte, eso sólo hacer algunos chinos, no todos ser malos… La mayoría ser majos - intervino el Camello muy preocupado  por su más mejor amigo.
- ¿Y cómo sabes tú que el chino con mocos del barrio no es un asesino de rinocerontes?- chilló enfadado.
-No saber. Pero lo más seguro es que no tener imaginación y no ver a nosotros… Mejor no llorar, amigo.
-Sí, es mejor que no llores y hagas algo… ¿Por qué no escribes una carta a los chinos malos del mundo y les explicas lo que pasa?
-¿Tú crees?- contestó el Rinoceronte.
- Sí y la pones en Internet para que la lean todos.
-¿Me ayudas?, que tú eres superdotada y el Elefantito está de asuntos propios.
- Shissss, no lo digas en alto! ¡Cómo se entere la Jirafita que soy superdotada se va a enfadar!!! Venga…
.Queridos chinos…
-Noooo… Queridos no pongas…
- ¿Mejor odiados chinos pero sólo a los malos roba-cuernos?
-Sí, mejor así. Sigue…
¿Os gustaría que os cortarán la nariz? ¿Eh? ¿Y que hicieran con ellas tontás de medicinas que no sirven para nada? ¿A qué no os gustaría? Porque si con vuestra nariz salvarais a la humanidad, la daríais con gusto, ¿no? Pero para NADA!!!! ¡Es injusto!!!
-   ¿Qué haría el chino de los mocos? ¿Cómo se los limpiaría? (jajajajaja)
 … El cuerno (por eso es de los rinocerontes) sólo es IMPORTANTE para los rinocerontes: no sirve para nadie más. Han demostrado los señores sabios que NO CURAN ninguna enfermedad. Y lo peor de todo, es que quitarnos el cuerno es muy doloroso y muchos de mis primos mueren por ello…¿Merece la pena matar animales tan guapos para nada?
- No llores, Rino, que ya verás como tu carta sirve para salvar a tus amigos…Tú no tengas miedo que estamos todos nosotros para ayudarte… Le podemos decir al Leoncillo que cace al chino con mocos si va a hacerte algo.
Y mientras la Gaselita escribía esto en el blog para que todos los chinos roba-cuernos se le cayeran los mocos de vergüenza, el Rinoceronte se fue animando un poco, e incluso se bajó al parque, acompañado por el Camello y el Leoncillo, no fuera a estar por allí el chino mocoso y le quiera quitar el cuerno para curarse el resfriado.


Escrito a cuatro manos, un cinco de agosto de 2017, en la guardas de un libro de Ishiguro, playa de San Juan de Terreros.