domingo, 31 de mayo de 2020

La nueva normalidad

En estos momentos tan duros, subrealistas, llenos de incertidumbre, dicen que vamos a cambiar, a ser mejores personas y "salir del nido" renovados y listos para vivir  de otra manera. La nueva normalidad quizás sólo consiste en cumplir tres reglas, realmente fáciles: lavarnos las manos, mantener una distancia de 2 metros y utilizar mascarilla cuando no podamos mantenerla. Sólo son tres reglas... ¡pero que difícil de cumplir!

Cuando salgo a la calle, siento que no hemos aprendido nada, que seguimos siendo los mismos: esos seres egoístas que tienen que pasar primero, que tienen que romper las normas porque así son más listos, que siguen en el pensamiento de a mí no me va pasar por lo que me da igual... Si miras a tu alrededor, que pronto se ha acabado la solidaridad y la gratitud: ya sólo quiero salir y hacer lo que me dé la gana sin contar con que lo que yo haga repercute en mi familia, mis amigos, mis médicos, mis enfermeras, mis policías, mis cajeras del super, mis vecinos, mis compañeros del trabajo... y de todas esas personas que se han quedado sin trabajo, que han tenido que pasar el confinamiento en una habitación sin tener que comer y con la amenaza de la expulsión por no poder pagar el abusivo precio de esa cutre habitación. Pero "no pasa nada" yo salgo, y hago lo que quiero por que yo lo valgo (lema que ha hecho mucho daño). Esos somos nosotros, la ciudadanía que efectivamente vuelve a la vieja normalidad, sin novedades de ningún tipo.